considerado por muchos como el disco de flamenco más importante de 2025.
María Terremoto presenta hoy su nuevo disco, «Manifiesto», considerado por muchos como el disco de flamenco más importante de 2025.
Geológicamente hablando, un terremoto es una sacudida violenta de la corteza terrestre. De modo coloquial, se dice de una persona muy inquieta. María Fernández Benítez, conocida como «Terremoto» igual que su abuelo y su padre, leyendas del cante, responde a las dos acepciones. Su cante transmite la fuerza de sus antepasados y a la vez es capaz de quebrar la superficie en busca de nuevos caminos.
María tuvo una de las irrupciones más impactantes de los últimos años del flamenco. Ganó importantes premios pronto, el primero de ellos con solo 16 años, un Giraldillo Revelación de la Bienal de Sevilla que le empujó, más que impulsarle, a demostrar la grandeza de su saga cantaora. Quizá no estaba preparada para comenzar una carrera por los escenarios con esa carga de responsabilidad. Ahora, con 25 años recién cumplidos (diciembre 2024), reflexiona sobre ello. Está segura de que su padre, que falleció cuando ella tenía 11 años, hubiera preferido que estudiase, que aprendiese solfeo, que tomase clases de canto y composición, antes de lanzarse al torbellino del mundo artístico.
Convencida de la necesidad de expandir su mirada y al mismo tiempo de que toda vanguardia comienza por buscar en lo que ya está hecho, María sigue uno de los preceptos del sabio Enrique Morente: «Caminar hacia adelante con la vista atrás». Es entonces cuando Yerai Cortés entra en la escena de su proyecto.
«Manifiesto» es un viaje de búsqueda emocional, expiación y regocijo, que comienza en la misma raíz cruda de un romance y termina con el frondoso jolgorio de unas bulerías. En este breve ensayo de sus emociones, María Terremoto expone con letras tan bellas como sinceras la literatura de sus desvelos. Hay pureza, hay sencillez y hay hondura, porque como dice María, «lo puro no tiene por qué ser simple aunque lo parezca».
Hay un sonido de ecos antiguos, sin manoseos digitales, como si el asunto se hubiera grabado en uno de aquellos cuartos de una venta: «lo que está, está», dice María. Y sobre todo hay ambición, anchura de miras y una energía contagiosa. «Camino y me siento firme / no voy a mirar atrás», canta María. Y así empieza el porvenir.
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