Zetazen cierra su gira en casa: emoción, intensidad y un brindis final en La Riviera

La Riviera, ese templo mítico junto al Manzanares, volvió a vibrar este sábado con el cierre de gira de uno de los artistas más introspectivos y poéticos de la escena urbana nacional: Zetazen. El madrileño puso fin en su ciudad a un recorrido intenso con su disco “Y si nos cruzamos que?” y lo hizo con una entrega emocional que superó todas las expectativas. lo vivido anoche fue más que un concierto: fue una despedida íntima de su gira, una celebración compartida y una declaración de principios artísticos.
Un escenario con rosas: como elemento principal de ZETAZEN
Desde el primer minuto, el ambiente olía a cierre especial. Rosas esparcidas por el suelo del escenario marcaban un símbolo que no necesitaba explicación: belleza y tragedia, delicadeza y espinas.
Con esa dualidad tan suya apareció Zetazen en escena, hubo un momento enfundado en una prenda que le cubría el rostro al estilo de un ladrón, como si nos invitara a entrar a su mundo más oscuro, el del Black Mode, ese universo de emociones contenidas, reflexiones nocturnas y verdades susurradas.
El repertorio fue un viaje perfectamente medido entre la nostalgia y la intensidad. Pero Madrid tuvo sus regalos exclusivos. Uno de los momentos más celebrados fue cuando sonó “Chinchín”, tema que no había interpretado en ningún otro concierto de la gira. El público lo supo y lo sintió: era un brindis especial, dedicado a los suyos, a su gente, a su ciudad.
Nos metía en el mood de cada una de sus canciones y en cada una de sus etapas con que pequeños elementos.
La barra como escenario y la sorpresa de “Hipernova”
El artista, como es habitual en él, se mantuvo intenso, casi ceremonial en cada tema. Pero supo romper la cuarta pared en el momento justo. En “Derramando el licor” bajó del escenario y se fue directamente a la barra central de la sala, micrófono en mano, para cantar entre el público, fue un momento mágico que el público agradeció.
Luego volvió al escenario a presentar una canción que significa mucho para él, “hipernova” su primera colaboración internacional con Mr. Rain, un artista italiano.
Un sueño que cruza océanos: “Quiero ir a cantar a Latinoamérica”
Zetazen también compartió sueños. Paró el ritmo para contar que uno de sus mayores anhelos es cruzar el charco e ir a Latinoamérica, especialmente a México. Y, como si el destino le guiñara un ojo, destacó entre el público a un chico que había venido desde Costa Rica solo para verle. Un gesto que emocionó visiblemente al artista, que prometió que haría todo lo posible por hacer realidad esa gira internacional.
“Linda”: tatuajes, conexión real y nueva música
Otro de los momentos más íntimos fue cuando habló de su próximo tema, “Linda”. Contó que hay dos personas que se han tatuado esa palabra, una en otra ciudad y otra justo aquí, en Madrid. Y es que, cuando los fans le piden que escriba lo que quiera para tatuárselo, él suele poner el nombre del tema en el que se encuentra emocionalmente. Ahora, está en “Linda”. La expectativa por este nuevo lanzamiento se palpaba en el aire.
Final de gira con el corazón en la mano
El cierre llegó, como no podía ser de otra forma, con la ovación de una sala entregada, sabiendo que había presenciado algo único. Más que un concierto, fue una carta de amor a su público, un capítulo final escrito con piel, sudor y versos.
Zetazen se despidió de la gira como vive su música: con autenticidad, intensidad y la promesa de que lo mejor aún está por venir.